Bitcoin: La digitalización de la confianza

Cuando confiamos en un amigo, en un familiar, en un cliente, las relaciones se enriquecen no solo a nivel afectivo, sino también a nivel comercial. Es posible trabajar juntos de una, concebir acuerdos de palabra, tener proyectos en común a largo plazo, hasta quizá pedirle prestado sin tener que acudir a ninguna burocracia, llámese escribano, abogado, banco, ni hacer ni registrar contrato alguno. El flujo de hacer cosas se dinamiza.


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Si por lo pronto además confiamos en un banco, nos sentiremos tranquilos depositando allí nuestros ahorros y son evidentes las ventajas que esto conlleva a nivel personal y a nivel de la economía nacional y mundial. También nos veremos tentados en delegar el manejo de dichos ahorros en una cartera de inversión que nos genere potencialmente ganancias para que su valor no solo no se diluya en el tiempo sino que potencialmente se incremente.

Ahora, la confianza es un sentimiento y como tal no es medible; cuesta mucho construirla y un instante destruirla; sumado a que malos entendidos o un flujo erróneo de información o fallos técnicos también puede erosionarla o inclusive liquidarla. Cuando un país nos entrega dinero papel (Fiat) como intercambio de nuestro trabajo para que libremente compremos productos y servicios a terceros, confiamos que dichos "papeles" no solo serán casi universalmente aceptados sino que mantendrán su valor. Pero como decía Jorge Batlle, ningún país está a salvo de políticos ladrones y cuando esta enfermedad ataca a las instituciones y se rompe la confianza, nos damos cuenta que las sociedades no están construidas en base a las leyes de la naturaleza como la ley de la gravedad, sino en consensos sociales; una piedra siempre cae pero un banco no solo puede proteger mis ahorros y aumentarlos, también podría perderlos en su totalidad de un día a otro.

En el mes de setiembre de 2008, Lehman Brothers, el cuarto banco de inversión más grande de Estados Unidos solicitó la protección por bancarrota, la más grande de la historia en ese país con la consecuentes y drásticas perdidas para sus clientes. Muchos de los que tanto confiaban en ese banco fundado en 1844 lo perdieron todo.

Dos meses después de la caída de Lehman Brothers, en noviembre 2008, nace la primer propuesta, vía "white paper", de solución descentralizada para la transferencia de activos digitales, donde la confianza no estaría plasmada en ninguna autoridad central sino en el protocolo de una "máquina" a construir que dependería de una amplia red de computadoras, de usuarios, de internet, de criptografía y de las tecnologías "peer-to-peer". Bajo el seudónimo de Satoshi Nakamoto se publica una solución descentralizada para el intercambio de valor, cuyo objetivo central es que no pueda ser ser burlada por participante o gobierno alguno, ni por ningún multimillonario o gran empresa por más poder que tenga.

En un comienzo Bitcoin fue una prueba de concepto. El sistema generaba 50 bitcoins cada 10 minutos y el valor de éstos en la economía real era nulo. Cualquiera podía con su computadora personal participar y resolver el acertijo que premiaba en Bitcoins, ya que la complejidad era de esa escala de nivel de procesamiento computacional. Hasta que en mayo de 2010, un participante de la red Bitcoin que ya había acumulado decenas de miles de bitcoins, logra comprar dos pizzas por 10,000 bitcoins. El resto ya es historia. Hoy 10,000 bitcoins representan muchos millones de dólares, pero había que comenzar con algo...

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Bitcoin es el triunfo de las ideas, creación de mucha gente donde su principal capital es su conocimiento. Quizá Satoshi es una persona y no un grupo de personas, pero la implementación de Bitcoin corresponde a una enorme comunidad de "hackers", de investigadores, de científicos, de gente que se une brindando su tiempo para implementar un proyecto común desde distintos puntos del mundo sin quizá llegar a conocerse nunca en persona. Es hoy uno de los íconos del poder del conocimiento por sobre lo material.

El núcleo de la tecnología de Bitcoin es el "blockchain", el primer libro contable descentralizado de la historia de la humanidad. Hasta entonces los libros contables dependían de autoridades centrales, eran los altares ante los cuales se debía confiar, rendir culto, arrodillarse. Autoridades a las que debíamos y queríamos creer tanto como el aire que inhalábamos, confiando que siempre tendrían el nivel de oxígeno necesario, ya que si se rompía la confianza en ellos caerían las transacciones de nuestras cuentas bancarias, de nuestras tarjetas de crédito, el registro de nuestras propiedades y títulos, nuestros ahorros... En contraste, en Bitcoin la confianza está básicamente depositada en su código y mientras este demuestre que no es posible ser vulnerado, su confianza tampoco lo será.

Así, "Bitcoin es en su nivel más fundamental un avance en la ciencia de la computación, que se basa en 20 años de investigación en moneda criptográfica y 40 años de investigación en criptografía, por miles de investigadores de todo el mundo." Marc Andreessen, 2014.

¿Qué me permite Bitcoin? Que vía internet uno pueda transferir un activo digital a otro usuario, lo conozca o no, le tenga confianza o no, vía una red de usuarios donde se permite que puedan existir muchos "ladrones" a la caza de dicha propiedad pero que la máquina Bitcoin hace que hacerse con el botín sea "imposible", o como mínimo, muchísimo más costoso que el botín mismo. Además, una vez completada la transacción, todo usuario puede no solo confirmar que la transferencia ha tenido efectivamente lugar, sino que nadie podrá desafiar la legitimidad de dicha transacción.

Bitcoin es una máquina con reglas 100 % definidas e inviolables, en si una máquina que una vez encendida es "boba", es decir, sin nada de "inteligencia artificial" ya que no esta presente su posibilidad de cambio por si misma y en si misma. Además, su código es libre y cualquiera puede leerlo en Github; es más, inclusive uno puede clonarlo y hacer su propia "alt-coin" y así es como han surgido miles de monedas digitales desde entonces.

Un libro contable descentralizado exitoso como ya ha demostrado ser el blockchain de Bitcoin permite ser invulnerable a la censura, a engaños, a pérdidas de registros logrando confianza mutua en usuarios que ni se conocen. Uno entonces puede fácilmente entender el valor intrínseco que tiene una plataforma que te permita la transferencia segura de valor y mantener luego dicho valor sin riesgo de que nadie pueda decidir sobre el mismo más que uno mismo.

 ¿Pero cómo es que Bitcoin logra valor de intercambio del tipo que se logra con dinero Fiat? ¿Cómo es que "de la nada" un Bitcoin vale mucho más que una onza de oro? ¿Por qué fluctúa tanto el precio de Bitcoin?  En mi próximo artículo intentaré dar respuesta a estas preguntas.

(Mi publicación anterior : El dinero, artilugio tecnológico en plana ebullición).

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